Hacia el mundo feliz

Portada de la 1ª edición
de Brave New World
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Así como una utopía es una obra literaria que describe una sociedad perfecta, desde el punto de vista de su autor, una distopía es la descripción de una sociedad en la que ciertas características del mundo en el que vive el autor, que este considera inaceptables, son exageradas y llevadas hasta el extremo, con intención satírica o de denuncia.
Las dos guerras mundiales provocaron en Occidente una sensación de desilusión que dio lugar a las dos distopías más famosas de la historia reciente: Un Mundo Feliz, de Aldous Huxley (Brave New World, escrita en 1931, publicada en 1932) y Mil novecientos ochenta y cuatro, de George Orwell  (Nineteen-Eighty-Four, escrita en 1948, publicada en 1949). Estas dos obras son originales en otro sentido: mientras otras distopías anteriores (como Erewhon, de Samuel Butler, 1872) estaban situadas en lugares remotos, como las Antípodas, las dos distopías modernas tienen lugar en el futuro.
La sensación de opresión que se apodera del lector de estas dos novelas es casi insoportable. En ambos casos, los rarísimos inconformistas que puedan aparecer en la sociedad son excluidos de ella: en la primera, se les destierra a una isla; en la segunda, la exclusión es sólo temporal: se somete al rebelde a un lavado de cerebro, con el objetivo de destruir su espíritu y convertirlo en un desecho mental, materia prima sobre la que el planificador social puede actuar, remodelar y educar hasta conseguir su recuperación y readaptación a la sociedad. Las dos distopías son horribles, pero tienen un poder de convicción, una verosimilitud, muy grandes.

Problemas pendientes en el modelo cosmológico estándar

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El modelo cosmológico estándar, que se impuso hacia 1998, recibe el nombre de LCDM y se basa en las siguientes afirmaciones:
  • El universo empezó con un Big Bang, tras el cual hubo una etapa de expansión acelerada (la inflación), que después se redujo hasta niveles próximos a los actuales. Más tarde apareció la materia ordinaria, formada esencialmente por hidrógeno y helio.
  • La curvatura media del cosmos es próxima a cero (universo plano): el espacio tridimensional es aproximadamente euclídeo.
  • La densidad media de materia del cosmos equivale a alrededor del 30% de la densidad crítica (la que separa un cosmos abierto, en expansión ilimitada, de un cosmos cerrado, que volvería a contraerse). Como la densidad de materia ordinaria que se ha detectado hasta ahora representa menos de un 5% de la densidad crítica, el resto (más del 25%) tendría que ser una forma desconocida (la materia oscura). De hecho, sería lo que se llama materia oscura fría, lo que explica las siglas CDM en el nombre del modelo (Cold Dark Matter). En un artículo anterior hablé sobre la materia oscura.

La traducción automática

John McCarthy
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En un famoso curso de verano que tuvo lugar en Dartmouth College en 1956, se propuso el nombre de inteligencia artificial para los programas de ordenador que realizaran tareas que tradicionalmente se habían considerado exclusivamente humanas, como jugar al ajedrez y traducir de una lengua humana a otra. Los asistentes a ese curso, dirigido por John McCarthy, lanzaron las campanas al vuelo y predijeron que en diez años se habrían resuelto completamente esos dos problemas. Así pues, esperaban que hacia 1966 habría programas capaces de ganar al campeón del mundo de ajedrez, y otros que podrían traducir perfectamente entre dos lenguas humanas cualesquiera.
En marzo de 1961, mi tío Felipe F. Moreno, que por entonces era jefe de traductores de español en la sede de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) en Ginebra, escribió en la revista de la UIT un artículo sobre la traducción automática y cómo podría afectar a los traductores humanos, lo que demuestra que la cuestión era candente. Poco después, cuando se cumplió el plazo establecido por los precursores de la inteligencia artificial, se comprobó que habían sido demasiado optimistas, porque los dos problemas que plantearon estaban muy lejos de resolverse.
Sabemos que el objetivo de que un programa ganara al campeón del mundo de ajedrez no se cumplió hasta 1997, cuando el programa Deep Blue derrotó a Garry Kasparov, vigente campeón en ese año. El otro problema, la traducción automática, resultó aún más difícil. A finales de los sesenta corría por los ambientes informáticos la siguiente anécdota:

El origen de la violencia

Pitirim Sorokin
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Sobre la cuestión de la violencia y el mal en la sociedad hay tres teorías fundamentales:
  1. Cada ser humano es un campo de batalla entre el bien y el mal y lleva dentro de sí fuertes tendencias hacia el mal y la violencia. Es preciso educarle en valores morales para enseñarle a controlar sus impulsos.
  2. El hombre es bueno por naturaleza, la sociedad lo hace malo. Es preciso educarlo de tal manera que se le mantenga lo más posible en su estado natural original, el buen salvaje. Esta es la teoría de Jean-Jacques Rousseau.
  3. El hombre es bueno por naturaleza, todo lo malo que hace es consecuencia de una educación mal enfocada. La solución es educarle en la ideología de género, la ideología dominante en la actualidad.
¿Qué dice al respecto la ciencia (en este caso, la Sociología)?
Uno de los sociólogos más importantes del siglo XX, el estadounidense de origen ruso Pitirim Sorokin, escribió esto en su libro Society, Culture and Personality (cap. VI, Factores de Solidaridad y Antagonismo, traducido al español por editorial Aguilar):