Las 40 mejores novelas de ciencia-ficción que he leído

Poster de Blade Runner 

Las listas de libros favoritos han existido siempre, y ahora más aún, con el auge de Internet. Por eso se me ha ocurrido montar una lista nueva (por si no había suficientes). Pero lo que presento aquí no es simplemente la lista de mis libros favoritos de este género, sino algo un poco más complejo.
Para construirla, he partido de cuatro listas hechas por otros, de forma a veces individual, a veces colectiva. Por ejemplo, una de esas listas, la de Goodreads, la red social de libros, se llama Best Science Fiction y contiene más de 2000 libros. Para formar esta lista se utilizan los votos de los socios de Goodreads (por algún libro han votado casi 1000 personas) así como la puntuación media obtenida y el número de personas que lo ha leído (a veces varios millones).
Para formar mi lista he utilizado los siguientes criterios:
  1. Sólo contiene libros que yo he leído.
  2. No contiene libros que sí he leído, pero no me han gustado nada (es decir, a los que asignaría una estrella en las calificaciones de Goodreads o de Amazon). Como ejemplo de estos libros citaré Do androids dream with electric sheep? de Philip K. Dick. El argumento se basa en una idea interesante, pero la forma en que ha sido desarrollado en forma de novela es deplorable, a veces absurda. Este es uno de los casos raros en que la película basada en un libro (Blade Runner) resultó ser muy superior a la obra original.
  3. Por lo tanto, si alguno de sus libros favoritos no figura aquí, puede ser por tres motivos: porque no lo he leído, porque no me ha gustado nada, o porque en el promedio de las listas que he utilizado no ha quedado clasificado entre los 40 primeros.
  4. Sólo contiene libros de ciencia-ficción. The Lord of the Rings,  por ejemplo, no ha sido incluido, aunque está en alguna de estas listas, porque no lo considero ciencia-ficción.

Qué pasó en realidad en la historia de la cosmología


Para completar el artículo de la semana pasada, voy a hacer aquí un resumen de la historia de la Cosmología, desde los griegos hasta el cambio de paradigma que tuvo lugar en los siglos XVI y XVII.
Elementos básicos de la astronomía de Ptolomeo, con un planeta en un epiciclo (círculo de puntos pequeño), un deferente (círculo de puntos grande), el excéntrico (X) y el ecuante (punto negro).
  • La cosmología griega (con la excepción de Aristarco de Samos) puso a la Tierra en el centro del universo. Platón y, sobre todo, Aristóteles establecieron la idea de que, como el cielo es perfecto, las órbitas de los planetas tenían que ser exactamente circulares, pues para ellos la circunferencia es la curva más perfecta de todas.
  • El modelo griego explicaba bien los movimientos del sol y la luna, y por tanto permitía predecir los eclipses, pero tuvo un problema con los movimientos retrógrados de los planetas entonces conocidos (Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno). Tres siglos antes de Cristo, Apolonio de Pérgamo propuso que las órbitas de esos planetas son epiciclos, circunferencias centradas en otra circunferencia (el deferente), que a su vez gira alrededor de un punto situado cerca de la Tierra, pero fuera de su centro (el excéntrico).

¿Era incorrecta la física en la cosmología de Ptolomeo?


Eclipse solar de 1919
Un artículo reciente de la revista Science News tiene este título: Los eclipses demuestran que una física equivocada puede dar resultados correctos. Afirma que la física de Ptolomeo era incorrecta, porque suponía que la Tierra estaba en el centro del universo, y a pesar de ello constata que la ciencia griega era capaz de predecir las fechas de los eclipses.
Según el artículo, la física de Ptolomeo era menos correcta que la de Copérnico, que catorce siglos después cambió la situación al proponer que no era la Tierra, sino el Sol, el que se encuentra en el centro del universo.
El artículo de Science News hace un análisis completamente equivocado. La física de Ptolomeo era exactamente la misma que la de Copérnico. Copérnico no propuso ningún cambio en las teorías físicas que habían regido en la astronomía clásica desde Hiparco (siglo II a.e.C.). Lo que hizo Copérnico fue proponer que, con un cambio en el sistema de coordenadas, y aplicando la misma física, los cálculos son más fáciles de realizar y se obtienen –lógicamente– los mismos resultados.

Aprendizaje automático


By popculturegeek.com
 Originally posted to Flickr as Comic-Con 2004
Terminator statue, CC BY 2.0
https://commons.wikimedia.org
Como dije en un artículo anterior, el aprendizaje automático es una de las áreas de la inteligencia artificial débil en la que se viene trabajando desde hace al menos 40 años. Estrictamente hablando, el aprendizaje automático, más que un campo de aplicación, es una metodología o técnica que utilizan otros campos de aplicación, como las redes neuronales, los sistemas expertos o el análisis de datos. El aprendizaje automático se divide en dos grandes ramas:
  • Aprendizaje automático supervisado: es el que se ha usado con más frecuencia hasta ahora y le vamos a dedicar casi todo este artículo.
  • Aprendizaje automático no supervisado: está relacionado con el campo denominado usualmente Minería de Datos y últimamente se le ha hecho mucha propaganda en los medios de comunicación, en relación con un programa (AlphaGo Zero) que ha alcanzado un nivel equiparable al del campeón del mundo del juego llamado Go, aprendiendo solo (al final de este artículo hablaré algo más respecto a esto).

La prueba de Turing


Alan Turing
En 1950, en un artículo publicado en la revista Mind, Alan Turing escribió esto:
Yo creo que en unos cincuenta años será posible programar computadoras, con una capacidad de almacenamiento de alrededor de 109, para que sean capaces de jugar tan bien al juego de la imitación que un interrogador promedio no tendrá más del 70 por ciento de probabilidad de hacer la identificación correcta después de cinco minutos de interrogatorio.
¿Por qué precisamente un 70 por ciento? Porque estudios realizados en los que una persona trataba de engañar sobre su sexo a otra que no podía verla, daban ese resultado. En un setenta por ciento de los casos, la persona que tenía que adivinar si le estaban engañando acertaba con la respuesta correcta. Con otras palabras, lo que viene a decir Turing es esto: 
Si la máquina llegara a ser capaz de engañar a los seres humanos, haciéndose pasar por humana, con la misma facilidad con que un ser humano puede engañar a otro, habría que considerarla inteligente.

Para cuándo la inteligencia artificial fuerte


Ramón López de Mántaras
Se dice que el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra. En otras palabras, cuesta mucho aprender de la historia (especialmente cuando no se enseña) y aprender de los propios errores. Esto está ocurriendo en relación con el campo de la Inteligencia Artificial. En el artículo anterior mencioné que los creadores del nombre de esta disciplina predijeron que en 10 años se obtendrían resultados espectaculares. Veinte años después se lanzaron las campanas al vuelo cuando se inventaron los sistemas expertos. En 1990, Ray Kurzweil predijo, en su libro The age of intelligent machines, que la inteligencia artificial fuerte llegaría para el año 2000. En 1999, cuando vio que no se iba a cumplir su predicción, la trasladó al 2010 en su nuevo libro The age of spiritual machines. Como esta predicción tampoco se cumplió, entre 2009 y 2014 la retrasó hasta el 2029. Parece que últimamente hace predicciones menos optimistas en este campo, aunque ha pasado a hacerlas sobre la inmortalidad, como mencioné en otro artículo.
Últimamente, los medios están volviendo a lanzar las campanas al vuelo anunciando la inteligencia artificial fuerte, la de verdad, para dentro de tres años, o como mucho diez. ¿Qué dicen al respecto los verdaderos expertos, los que investigan sobre inteligencia artificial? Citemos a Ramón López de Mántaras, director del Instituto de Investigación en Inteligencia Artificial (IIIA, del CSIC), Premio Donald E. Walker de Inteligencia Artificial en 2017, galardonado con el EurAI Distinguished Service Award en 2016, Premio Nacional de Informática 2012, y Robert S. Engelmore Award de la Association for the Advancement of Artificial Intelligence (AAAI) en 2011:

Qué es la inteligencia artificial


Hal 9000, de la película 2001, una odisea del espacio
Últimamente se está abusando de los términos inteligente e inteligencia artificial. Veamos algunas noticias recientes que han aparecido en diversos medios de comunicación:
  • Bancos inteligentes con carga móvil gratuita por energía solar y acceso a Wi-Fi. Estos bancos públicos callejeros instalados en Londres por la empresa Ford incorporan un repetidor de wifi y una placa solar que les da energía para cargar un teléfono móvil. ¿Dónde está la inteligencia del banco? En ninguna parte. En todo caso, la inteligencia corresponde al ser humano al que se le ocurrió montar esos dispositivos. Lo contrario sería como decir que nuestras casas son inteligentes porque tienen luz eléctrica y una conexión a Internet.
  • China implanta cubos de basura inteligentes. También en este caso el cubo de basura incorpora una placa solar conectada a un cargador de teléfonos móviles. En el futuro dispondrán también de repetidor de wifi y de un dispositivo para desinfectar la basura con rayos ultravioleta. Como en el caso anterior, se confunde la mera presencia de un dispositivo eléctrico o electrónico con la inteligencia.
  • Goodyear prueba un neumático que predice cuándo debes cambiarlo. El neumático lleva incorporado un sensor inalámbrico que detecta cuando debe ser reemplazado y lanza el aviso correspondiente. Aunque este caso es algo más complejo que los dos anteriores, de nuevo se llama inteligencia a lo que no lo es, pues para implementarlo basta con un sensor y un dispositivo electrónico sencillo, más o menos equivalente a esos radio-dispositivos que desde hace décadas se incorporan a los animales salvajes para seguir sus desplazamientos y vigilar sus actividades.
  • China sube la inteligencia artificial al espacio. El satélite lleva un software que permite recibir datos desde una aplicación que funciona en un teléfono móvil. Poner software en satélites no es nada nuevo, se hace desde hace muchas décadas. Lo que se ha hecho en este caso es una simple aplicación de comunicación de datos. ¿Dónde está la inteligencia?
Como se verá, lo que ahora llaman inteligente es lo que antes se llamaba automático. Pero claro, la palabra inteligente tiene más gancho, por eso se abusa de ella. En la misma línea, últimamente se tiende a llamar inteligencia artificial lo que antes se llamaba informática.

Las apuestas de Pascal y de George Smith


Blaise Pascal
Blaise Pascal (1623-1662) es conocido por su actividad matemática (inventó el triángulo de Pascal), física (demostró el principio de Pascal, inventó la prensa hidráulica, hizo experimentos sobre la presión atmosférica) y especialmente por sus Pensées (Pensamientos), uno de los cuales contiene el primer ejemplo conocido del uso de la teoría de juegos, cuyo desarrollo teórico tuvo que esperar hasta el siglo XX. Este ejemplo es la famosa apuesta de Pascal, que expresó así:
Dieu est ou il n’est pas. Mais de quel côté pencherons‑nous?... Pesons le gain et la perte en prenant croix que Dieu est. Estimons ces deux cas : si vous gagnez, vous gagnez tout, si vous perdez, vous ne perdez rien. Gagez donc qu’il est sans hésiter. 
Cuya traducción española es:
Dios existe o no existe. ¿De qué lado nos inclinaremos?... Pesemos la ganancia y la pérdida, suponiendo que Dios existe. Estimemos los dos casos: si ganas, lo ganas todo; si pierdes, no pierdes nada. Apostad pues, sin dudarlo, por su existencia.

El fin de la humanidad


Lord Kelvin
En un artículo anterior en este blog hablé del mito de la Ilustración, que dio lugar a la teoría del progreso indefinido y a la previsión de avances enormes para la humanidad, que estarían a su alcance en un futuro no demasiado lejano. A pesar de que la primera mitad del siglo XVIII supuso un freno en casi todas las actividades culturales de nuestra civilización, incluida la ciencia, ellos estaban encantados de haberse conocido. Friedrich Melchior, barón von Grimm (1723-1807), lo expresó con inigualable candor, con estas palabras [1]:
El siglo XVIII ha superado a todos los demás en los elogios que se ha prodigado a sí mismo.
Una de las ideas que se puso en boga por entonces fue la de que los avances científicos permitirían al hombre alcanzar la inmortalidad en breve plazo. Aunque la idea se remonta a Roger Bacon como algo posible, aunque muy lejano, a finales del siglo XVIII parecía mucho más cerca. De ahí la anécdota que se cuenta de la octogenaria mariscala de Villeroi, que al asistir al ascenso del profesor Charles en un globo de hidrógeno, exclamó:
Si, es cierto; descubrirán el secreto de no morir ¡cuando yo ya esté muerta!
Las ideas optimistas del siglo XVIII dieron un vuelco impresionante en el XIX, en el que pasó a dominar una visión más pesimista del futuro de la humanidad, que se basó principalmente en dos descubrimientos:

Algunas aclaraciones sobre la radiación cósmica de fondo


En 1948, Ralph Alpher y Robert Herman, del equipo de George Gamow, llegaron a la conclusión de que, si el universo hubiese salido de un Big Bang y se hubiese expandido desde entonces, debería existir una radiación cósmica de fondo en la zona de frecuencia de las microondas (o lo que es lo mismo, a una temperatura de unos 5K, 5 grados por encima del cero absoluto). Alpher y Gamow habían publicado ese mismo año otra predicción, la de la composición media del cosmos partiendo de la teoría del Big Bang.
En 1964, Arno Penzias y Robert Wilson estaban trabajando con un radiotelescopio muy potente de nueva construcción y detectaron un ruido de fondo que no conseguían eliminar. Primero pensaron que sería de origen terrestre, pero una vez eliminadas todas las fuentes de ruido posibles, el efecto persistía. Después llegaron a la conclusión de que dicho ruido no podía proceder del sistema solar ni de nuestra galaxia (pues en tal caso sería más intenso en una dirección que en otra), y que su origen tenía que ser cósmico. La temperatura de esa radiación (o sea, su frecuencia, teniendo en cuenta la ecuación de Wien) resultó ser de 3K. Robert Burke, del MIT, sugirió a Penzias que dicho ruido podía ser la radiación cósmica de fondo predicha por Alpher y Herman, cosa que, en efecto, se comprobó. Por este descubrimiento, Penzias y Wilson recibieron el Premio Nobel en 1978.
Junto con el argumento basado en la composición media del universo, la radiación cósmica de fondo dio el espaldarazo a la teoría del Big Bang, que se convirtió en la teoría cosmológica estándar (aunque véase un artículo anterior de este blog al respecto).

Partículas virtuales

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Werner Heisenberg
El principio de incertidumbre de Heisenberg, una de las consecuencias de la mecánica cuántica, hace posible la aparición de partículas virtuales en el vacío, que aparentemente transgreden el principio de conservación de la energía, el más sacrosanto de la física. Esto se debe a que el principio de incertidumbre puede expresarse de varias formas, una de las cuales relaciona la incertidumbre en la energía con la incertidumbre en el tiempo:
DE.Dt≥ħ/2
Esta expresión se puede interpretar en el sentido de que un par de objetos, cada uno de ellos con energía E, puede aparecer espontáneamente a partir del vacío, siempre que dure como mucho un tiempo Dt<ħ/(2E). Estos pares de objetos se llaman partículas virtuales. Una de esas partículas es siempre materia, la otra antimateria, y su duración, de acuerdo con este principio, es ridículamente pequeña. Un electrón virtual, por ejemplo, duraría 1,3×10-21 segundos (poco más de una miltrillonésima de segundo). Cuanta más masa (energía) tenga la partícula virtual, menos tiempo durará. Al cabo de ese tiempo, las dos partículas se aniquilarán mutuamente y desaparecerán. Debido a su corta duración, la existencia de las partículas virtuales no ha podido comprobarse experimentalmente.
¿Es posible que estas partículas virtuales se conviertan en reales bajo determinadas circunstancias? Pues sí lo es, y se cree que hay por lo menos dos situaciones (algo drásticas, es cierto) en las que esto podría realizarse.

¿Está perdiendo la física el contacto con la realidad?


En su famoso libro póstumo The discarded image, publicado en 1964, unos meses después de su muerte, C.S.Lewis se adelanta a su tiempo y predice una situación que hoy día, en la ciencia física, se ha convertido en algo usual, y que no augura nada bueno para el porvenir de esta ciencia. Veamos una cita pertinente:
Las matemáticas son ahora lo más cercano a la realidad que podemos obtener. Cualquier cosa imaginable, incluso cualquier cosa que pueda ser manipulada por concepciones ordinarias (es decir, no matemáticas), lejos de ser una verdad más a la que nos llevaron las matemáticas, es una mera analogía, una concesión a nuestra debilidad. Sin parábolas, la física moderna no habla a las multitudes. Incluso entre ellos, cuando tratan de verbalizar sus hallazgos, los científicos empiezan a hablar de esto como "hacer modelos"... A veces [los modelos] ilustran este o aquel aspecto de [la realidad] mediante una analogía. A veces no ilustran, sino que simplemente sugieren, al igual que los dichos de los místicos... Al aceptar [una expresión como] la "curvatura del espacio" no estamos "conociendo" o disfrutando de la "verdad" de la manera que en otro tiempo creímos posible.

Problemas científicos en el Planeta de los Simios


En 1963, el escritor francés Pierre Boulle publicó una novela famosa de ciencia-ficción con el título El Planeta de los Simios, que en 1968 fue adaptada al cine por primera vez, con Charlton Heston en el papel del protagonista y guión de Michael Wilson y Rod Serling, famoso por la serie de televisión Dimensión Desconocida. Una década antes, Boulle había publicado otro best-seller, también adaptado con éxito al cine: El Puente sobre el Río Kwai.
La novela de Boulle cuenta la historia de tres astronautas que emprenden un viaje de dos años (medidos en tiempo propio relativista) hasta un planeta que gira alrededor de Betelgeuse (la estrella alfa de la constelación de Orión) y encuentran allí una civilización extraterrestre a un nivel parecido al nuestro a mediados del siglo XX, en la que los seres inteligentes son tres especies de simios (idénticos a los gorilas, chimpancés y orangutanes terrestres) mientras los seres humanos (también idénticos a nosotros) son animales desprovistos de razón. Como es lógico, el terrestre superviviente se enfrenta a grandes dificultades para convencer a los simios de que él es un ser inteligente.

El Timeo de Platón, base filosófica del modelo cosmológico medieval

Platón, según Rafael Sanzio

Entre los diálogos de Platón, el Timeo ha atraído siempre la atención de los estudiosos, pues representa la primera descripción en la filosofía griega de un modelo cosmológico coherente, que alcanzó gran resonancia al pasar a formar parte del modelo medieval a través de su traducción –parcial- al latín por el misterioso filósofo romano Calcidio.
De Calcidio se sabe muy poco. Aunque vivió en el siglo IV, no conocemos su fecha de nacimiento ni de fallecimiento, ni el lugar donde vivió. Se ignora si era cristiano o pagano (neoplatónico). Su libro está dedicado a un tal Osio, que quizá sea el obispo de Córdoba que participó en el Concilio de Nicea, pero no es seguro.
Se suele afirmar que la filosofía medieval en Europa Occidental se basó al principio en Platón, y a partir del siglo XII en Aristóteles. La explicación que se da es que en el ámbito del Imperio Romano de Occidente se había perdido el dominio del griego, por lo que ya no se podía leer a los clásicos en su lengua original, y no existían traducciones al latín, pues los romanos ilustrados de la época imperial conocían perfectamente el griego y no necesitaban traducciones. Lo que no se suele mencionar es que las obras de Platón también se habían vuelto inaccesibles, con la única excepción del Timeo, que en la versión parcial traducida por Calcidio conoció un auge inesperado durante la Edad Media, mucho mayor que el que tuvo la obra de Calcidio en vida de su autor.

El suceso de Tunguska


El 30 de junio de 1908, de madrugada, tuvo lugar una misteriosa explosión en una región casi despoblada de Siberia central. La explosión devastó 2000 km2 de taiga, arrancando de raíz unos 80 millones de árboles, que quedaron tendidos en tierra alejándose del punto central del suceso, como los radios de una rueda. La teoría más probable considera que su del suceso fue el impacto de un meteorito o un cometa, aunque los investigadores no consiguieron encontrar sus restos. Al contrario que en otros casos, como el Meteor Crater de Arizona, no apareció ningún cráter en el lugar del accidente. Para explicar estas anomalías, se llegó a la conclusión de que la explosión del cuerpo celeste tuvo lugar a bastante altura (entre 5 y 10 km), y teniendo en cuenta sus efectos, se ha calculado que dicha explosión debió de liberar una energía entre 3 y 30 megatones, en función de las hipótesis utilizadas. Recuérdese que el arma nuclear más potente jamás detonada (por la Unión Soviética) fue una bomba de hidrógeno de 50 megatones, más de 1000 veces mayor que la bomba de Hiroshima, que sólo alcanzó 20 kilotones. (Un megatón es igual a 1000 kilotones). En tiempos de la guerra fría, la Unión Soviética se jactó de poseer una bomba aún mayor, de 100 megatones, cuya potencia les impediría utilizarla en Europa, so pena de que sus efectos alcanzaran su propio territorio.

Algunas aclaraciones sobre la revolución cuántica

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Primero conviene aclarar algunos conceptos, pues noticias recientes publicadas en los medios de comunicación tienden más bien a fomentar la confusión.
·         Qubit: la unidad de información cuántica. Mientras la información clásica se expresa en bits, que pueden valer sólo 0 o 1, los qubits se forman por superposición (o combinación lineal) de dos estados cuánticos, |0> y |1> (por ejemplo, polarización horizontal o vertical de un fotón) y su valor es: α|0>+β|1>, donde α y β son dos números complejos que se llaman amplitudes de probabilidad.
·         Criptografía cuántica: Permite cifrar la información mediante un protocolo que aprovecha las propiedades cuánticas de la materia. Los procedimientos ideados hasta ahora pueden ser descifrados por adversarios que utilicen procedimientos cuánticos, pero se sabe (o se cree) que son imposibles de descifrar por medios clásicos. El primer protocolo de criptografía cuántica, BB84, fue propuesto en 1984 por Charles Bennett y Gilles Brassard, de IBM.

Dietética Médica, ¿Ciencia o Moda?

Alimentos que contienen magnesio

Los consejos de la dietética médica sobre la alimentación más adecuada para la salud humana oscilan continuamente, por lo que se parecen más a las alternativas de la moda que a los descubrimientos de la ciencia. Veamos algunos ejemplos:
  • En los años cincuenta y sesenta se puso de moda hablar mal del aceite de oliva y recomendar que se utilizaran en su lugar aceites de semillas, que se suponía eran más sanos. Obsérvese este artículo, en el que a los enfermos del corazón se les recomienda que consuman diversos aceites de semillas, y ni siquiera se menciona el de oliva. Se decía, por ejemplo, que el consumo de aceite de oliva aumenta el colesterol en sangre. Esta política, que provocó importantes perjuicios a España, pues el aceite de oliva era una de nuestras principales exportaciones, provocó disminuciones en la producción, como indica este otro artículo con estas significativas palabras:
Los problemas económicos del olivar están motivados, en una gran parte, por el cambio de gusto en el consumidor, al que tiempos atrás se le obligó a utilizar distintos aceites de semillas y ahora, cuando se pretende volverlo al consumo de aceite de oliva, no lo hace en la proporción que interesaría a este mercado del fruto español, por resultar mucho más caro.

La ignorancia científica de los políticos


Robert N. Proctor
Veamos algunas citas recientes en la prensa sobre la ignorancia científica de los políticoscomo muestra de una nueva disciplina para la que Robert Proctor ha acuñado el término agnotología:
- El País, 8/10/2014. Titular: “Han elegido la ignorancia”. Científicos europeos acusan a los líderes políticos de perder "el contacto por completo con la realidad del mundo de la investigación"
- El Mundo, 19/11/2013. Entrevista con Joan Guinovart. Titular: Nuestros políticos son bastante ignorantes en materia científica
- Ross Pomeroy, 23/8/2012. Titular: Politicians ignorant of science because we are. Este artículo afirma que el porcentaje de científicos (término que incluye las ciencias de la salud) en el Congreso de los Estados Unidos es del 6,9%, más o menos el mismo que la proporción de científicos en la población global (6,4%).

La destrucción del lenguaje

C.S. Lewis
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El lenguaje cambia continuamente. A lo largo del tiempo, algunas palabras desaparecen, otras se crean para aplicarse a conceptos nuevos que antes no existían, y otras cambian ligeramente de significado. El proceso puede continuar hasta que una palabra pasa a significar algo totalmente diferente de su sentido original, o incluso opuesto. A veces, diversos significados de una misma palabra coexisten simultáneamente.
En un libro titulado Studies in Words, publicado en 1960, C.S. Lewis acuñó la palabra verbicidio para referirse al asesinato de una palabra, hacerle perder su significado con un uso distinto del que hasta entonces había tenido, haciendo que este se pierda. Un caso simétrico equivalente es el de acuñar palabras nuevas que en realidad son totalmente innecesarias, pues ya existían otras perfectamente aplicables para ese significado.
Los medios de comunicación tienen una responsabilidad muy grande en estos procesos, pues es frecuente que adopten, lancen o copien indiscriminadamente palabras de moda sin tener en cuenta las consecuencias. Casi todas ellas son innecesarias o conducen al verbicidio de alguna palabra útil. Veamos algunas de las formas en que puede tener lugar este proceso, según señala C.S. Lewis en la introducción de su libro:

La manipulación de las masas

Aldous Huxley
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Albert Speer, ministro de armamentos del gobierno de Adolph Hitler, dijo estas palabras cuando se disculpó públicamente durante el juicio de Nuremberg:
La dictadura de Hitler difería en un punto fundamental de todos los precedentes históricos: fue la primera dictadura del periodo actual de tecnología moderna, una dictadura que hizo un uso total de todos los medios técnicos para dominar a su propio país. Mediante dispositivos técnicos como la radio y los altavoces, a ochenta millones de personas se les privó del pensamiento independiente.
Desde los días de Hitler, las herramientas tecnológicas que un dictador podría utilizar para manipular a las masas han avanzado mucho. Además de la radio y los altavoces, el cine y la prensa, de que disponía Hitler, ahora tenemos televisión, grabación de sonido e imagen, teléfonos móviles que proporcionan innumerable información, ordenadores capaces de procesarla, y redes sociales, que se están convirtiendo en uno de los instrumentos de manipulación social más poderosos que existen.
Como dije en otro artículo de este blog, todas estas herramientas no son ni buenas ni malas: lo que es bueno o malo es el uso que se haga de ellas. Todas se pueden usar bien, y todas se pueden usar mal. ¿Tenemos controles para impedir que se usen mal? ¿O más bien sabemos que ya se están usando mal?

Newton, el científico más grande de nuestra civilización

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Isaac Newton
Como dije en el artículo anterior, en el Diccionario Espasa 1.000 grandes científicos (1996) y un libro inédito he propuesto una cuantificación objetiva de la importancia de los científicos, utilizando medidas como el número de líneas que les dedican diversas enciclopedias. En estos estudios quedaron empatados con la máxima puntuación seis científicos: uno griego (Aristóteles), de quien ya hemos hablado, y cinco de Occidente (Descartes, Newton, Darwin, Freud y Einstein). Entre estos cinco, ¿hay alguno a quien pueda considerarse como el científico más grande de nuestra civilización?
En 1964, Isaac Asimov realizó otro estudio (The Isaac Winners) sobre la importancia relativa de los hombres de ciencia, que dio como resultado una lista de los (en su opinión) 72 mejores científicos de todos los tiempos. Esta lista es simplemente cualitativa y no establece un orden relativo entre los nombres que aparecen en ella, a pesar de lo cual Asimov no renuncia a afirmar que (de nuevo en su opinión) Isaac Newton, que casualmente era su tocayo, fue el científico más grande de todos los tiempos.

Aristóteles, el científico más grande de la civilización greco-romana

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Aristóteles
En el Diccionario Espasa 1.000 grandes científicos (1996) propuse una cuantificación objetiva de la importancia de los distintos practicantes de la ciencia, utilizando para ello medidas como el número de líneas que se les asigna en enciclopedias de distintos países (para evitar el sesgo a favor de los compatriotas). Posteriormente, en una obra aún no publicada (La cuantificación de la historia y el futuro de Occidente), apliqué el mismo procedimiento a varias ramas de la creatividad humana: ciencia, filosofía, literatura, artes plásticas y música. En ese estudio quedaron empatados con la máxima puntuación seis científicos: uno griego (Aristóteles) y cinco de Occidente (Descartes, Newton, Darwin, Freud y Einstein). Podemos, pues, afirmar que Aristóteles fue el científico más grande de la civilización greco-romana.

Evolución biológica y evolución cultural en la historia de la vida y del hombre

Acaba de salir un nuevo libro mío de divulgación científica, publicado por la editorial CEU Ediciones, titulado igual que el título de este artículo. Como su nombre da a entender, el libro se divide en tres partes principales, la primera de las cuales (los cuatro primeros capítulos) está dedicada a repasar el origen, la evolución y la historia de la vida (evolución biológica), mientras la segunda (los capítulos 5 y 6) enfoca el origen, la evolución y la historia del hombre (evolución cultural). Por último, la tercera parte (capítulos 7 a 9) ofrece una comparación entre ambos tipos de evolución, detallando sus semejanzas y sus diferencias, analiza la situación actual de la evolución humana y plantea algunas ideas sobre su futuro.
Como suele ocurrir, este libro no ha surgido de la nada, sino que se apoya en trabajos míos anteriores. Sobre todo en la primera parte, algunos de los títulos de los capítulos y subcapítulos quizá resulten familiares a los lectores de mi blog, porque coinciden con los de algunos de mis artículos. Veámoslos:

          Introducción: ¿qué es la vida?
  1. El origen de la vida
  2. Vida sintética
    Requisitos y límites para la vida
  3. Clasificación de los seres vivos: clados y niveles
  4. Evolución biológica: la historia de la vida
  5. Evolución de la teoría de la evolución
    La historia de la vida pluricelular
    La curva de la historia
    Diseño inteligente y evolución al azar
  6. Problemas pendientes en la historia de la vida
  7. Cómo se inventó el código genético
    Cómo surgió la reproducción sexual
    Sexo y especie, dos conceptos relacionados
    El problema del cambio de nivel
La segunda parte se apoya sobre todo en un libro publicado en inglés hace la friolera de 38 años (Human cultures and evolution), en el que propuse, poco después que Richard Dawkins y sin conocer su libro (The selfish gene), publicado tres años antes que el mío, la idea de que la evolución cultural actúa de manera muy semejante a la evolución biológica, aunque también presenta diferencias. Es evidente que la versión de Dawkins (que acuñó para la evolución cultural el término memética) tuvo mucha más difusión que la mía.
El capítulo 5 de mi nuevo libro habla de la aparición del hombre y plantea la cuestión de si el hombre es un animal más, sobre la que trata el artículo más leído de este blog (más de 13.000 visitas). El capítulo 6 resume en 70 páginas toda la historia de la humanidad, e incluye los datos pertinentes para abordar la última parte del libro.

La tercera parte se divide en tres capítulos, con los títulos siguientes:
  1. Paralelos y diferencias entre evolución biológica y cultural
  2. Situación actual de la evolución humana
  3. Hacia dónde va la evolución
Esta es la conclusión del libro:
Una sola evolución actúa en el universo, tanto sobre la vida como sobre la cultura, aunque su forma de actuar se adapta al entorno concreto sobre el que se aplica (genes, sistemas nerviosos o elementos culturales). El hombre es una especie única y sin paralelos en la historia de la vida, pues la evolución cultural, que actualmente ha alcanzado la supremacía frente a la evolución biológica, está prácticamente ausente del resto del mundo de la vida, incluso entre las especies de seres vivos más próximas a nosotros. Por último, la dignidad que le confiere el hecho de que Dios se ha hecho hombre, junto con el lugar y el tiempo en que esto ocurrió (en el Imperio Romano, en el lugar de confluencia de la filosofía helénica con la cosmología hebrea) es lo que ha hecho posible el avance explosivo de la ciencia occidental. La pérdida actual de las raíces cristianas de esta civilización no constituye un buen presagio para el futuro de la ciencia.

La explicación de por qué llego a esta conclusión está en el resto del libro.

Hilo: ¿Qué es el hombre? Anterior Siguiente

Manuel Alfonseca

La debacle del determinismo

Isaac Newton

A finales del siglo XVIII, la teoría de la gravitación universal de Isaac Newton estaba ya muy bien establecida. Como esta teoría permite predecir con gran exactitud las órbitas de los astros que forman parte del sistema solar, el astrónomo francés Pierre Simon de Laplace creyó tener razones suficientes para afirmar lo siguiente:
Una inteligencia que conociera todas las fuerzas que animan la naturaleza, así como la situación respectiva de los seres que la componen… podría abarcar en una sola fórmula los movimientos de los cuerpos más grandes del universo y los del átomo más ligero; nada le resultaría incierto y tanto el futuro como el pasado estarían presentes ante sus ojos.
Esta afirmación se convirtió en el dogma del materialismo determinista, una doctrina filosófica (no científica) que sostiene que lo único que existe es la materia (tomando el término en sentido amplio) y que toda la historia del universo está determinada: no existe, por tanto, la libertad humana, ni puede haber intencionalidad, ni hay causas finales en la naturaleza, sólo hay causas eficientes.
La afirmación de Laplace puede expresarse con otras palabras, en términos más modernos:
Si conociéramos la posición y el momento de todas las partículas del universo en un instante determinado, podríamos predecir todo su desarrollo pasado y futuro.

La desigualdad de Bell y la causalidad

Niels Bohr
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Hace unos noventa años tomó forma la Mecánica Cuántica. Durante los años veinte, Niels Bohr y Werner Heisenberg formularon la interpretación de Copenhague de esa teoría, que añadía a su formulación matemática algunas consideraciones adicionales como las siguientes:
  • Los sistemas físicos con propiedades que pueden tomar valores concretos y opuestos (como dirección de polarización o spin) pueden encontrarse en determinadas circunstancias en un estado en el que esas propiedades no toman un valor definido, sino que mantienen abiertas todas las posibilidades simultáneamente. Por ejemplo, la dirección de polarización de un fotón puede ser simultáneamente norte-sur y este-oeste. El spin de una partícula puede ser simultáneamente hacia arriba y hacia abajo.
  • El acto de medir una de esas propiedades provoca el colapso de la función de onda, lo que quiere decir que el resultado de la medida sólo puede ser uno de los valores posibles. La función de onda nos da la probabilidad de obtener un valor u otro.
  • Es posible construir un sistema físico formado por dos o más partículas entrelazadas con respecto a alguna propiedad, lo que quiere decir que si una de las partículas colapsa con un valor determinado, la otra partícula no tiene más remedio que colapsar con el otro.

Un modelo matemático para viajar en el tiempo

Bienvenida para los viajeros en el tiempo
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El 28 de abril de 2017 se publicó en ABC un artículo con este título:
Crean un modelo matemático para construir una máquina del tiempo
y con el siguiente subtítulo:
El autor utiliza un espacio-tiempo continuo para demostrar con cálculos que esa posibilidad va más allá de la ficción
Ya pueden imaginar que con ese título y ese subtítulo el artículo entrará más bien en la categoría de artículos sensacionalistas sobre cuestiones sólo aparentemente científicas. En efecto, así es. En una lectura rápida de este artículo he detectado las siguientes incorrecciones:
Hermann Minkowski
  1. Confunde posibilidad teórica de viajar en el tiempo con construcción de una máquina del tiempo. Es decir, confunde la teoría con la práctica. Lo que Ben Tippett ha desarrollado es un modelo matemático, o sea, algo puramente teórico.
  2. Presenta la idea como algo totalmente nuevo, que pone fin a un buen número de fracasos y cálculos decepcionantes, cuando la posibilidad de que los bucles en el espacio-tiempo sean compatibles con la teoría general de la relatividad es ya bastante antigua. En 1992, por ejemplo, Stephen Hawking llegó a la conclusión de que no sería posible utilizarlos sin energía negativa, algo que no se sabe si existe. En 2005, el israelí Amos Ori propuso un procedimiento que supuestamente no la necesitaría, consistente en dar vueltas alrededor de una región vacía en forma de toro, rodeada por una esfera que contuviese cantidades enormes de materia (por ejemplo, un agujero negro). Esto no difiere mucho de lo que se está proponiendo ahora.

¿Se acelera el aumento de la esperanza de vida?

Nick Bostrom
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Algunos filósofos, como Nick Bostrom y los transhumanistas, han inventado una versión actualizada del superhombre de Nietzsche. Sus previsiones se basan en dos avances científicos presentados como inminentes desde hace varias décadas: la inmortalidad, que se alcanzará cuando los avances en medicina aumenten la esperanza de vida más allá de un año por año. Y la inteligencia artificial, el diseño de máquinas super-inteligentes. Ambos avances podrían combinarse para alcanzar la inmortalidad a través de la inteligencia artificial, si conseguimos descargar en una máquina súper-inteligente nuestra consciencia (que ni siquiera podemos definir científicamente), para que siga existiendo dentro de la máquina.
Desgraciadamente para los transhumanistas, los datos de la ONU no confirman sus expectativas. Veamos primero los datos sobre la evolución de la esperanza de vida máxima en el mundo entre 1950 y 2015 (véase la tabla 1). Estos y los siguientes datos se han tomado de https://esa.un.org/unpd/wpp/Download/Standard/Mortality/.

Cuatro ideas de Alvin Plantinga sobre Dios y el materialismo

Alvin Plantinga

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Con ocasión de la concesión del Premio Templeton al filósofo estadounidense Alvin Plantinga, viene a cuento repasar algunos de sus pensamientos más importantes en el debate entre teísmo y materialismo. Como es imposible entrar con detalle en toda su obra, que es muy extensa, citaré únicamente cuatro de sus ideas:
1.      El argumento de Mozart en favor de la existencia de Dios. ¿Por qué somos capaces de apreciar la belleza? Según la hipótesis materialista, es inexplicable que la evolución nos haya llevado a esto, pues no se ve cómo podría resultar útil este rasgo para nuestra supervivencia. En vez de la buena música, deberíamos apreciar la cacofonía, que abunda más en la naturaleza. Desde la hipótesis de la existencia de Dios, sin embargo, es fácil explicarlo, partiendo de que Dios aprecia la belleza (de hecho, Dios es la belleza). Este argumento, junto a otros muchos, se encuentra en esta dirección de la Web.

¿Existe el universo?

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La Wikipedia define así el universo:
El universo es la totalidad del espacio y del tiempo, de todas las formas de la materia, la energía y el impulso, y las leyes y constantes físicas que las gobiernan. Sin embargo, el término también se utiliza en sentidos contextuales ligeramente diferentes y alude a conceptos como cosmos, mundo o naturaleza. Su estudio, en las mayores escalas, es el objeto de la cosmología, disciplina basada en la astronomía y la física, en la cual se describen todos los aspectos de este universo con sus fenómenos.
Antes de aplicarse al universo, la palabra griega cosmos significaba orden y belleza. Obsérvese que este sentido se mantiene en una de sus derivadas, la palabra cosmética. La palabra latina mundus tiene también los dos significados: como sustantivo, el mundo, la totalidad. Como adjetivo, limpio, aseado, elegante. Es de suponer que el primer sentido lo copió de Grecia, y para traducir cosmos adoptaron la misma palabra que representaba en latín el otro significado, del que proviene el adjetivo inmundo. Finalmente la palabra naturaleza (physis en griego) tiene más bien connotaciones fenoménicas (o sea, más que al universo se refiere a lo que ocurre en él). De esta palabra provienen física (estudio de la naturaleza) y metafísica (más allá de la física).

La Verdad y el sincretismo New Age

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¿Qué es la verdad? —preguntó Pilatos. Todavía seguimos preguntándonoslo. Actualmente existen corrientes filosóficas que llegan a negar la existencia de la verdad o la posibilidad de conocerla. Sin embargo, la ciencia tiene por objeto el descubrimiento de la verdad, y el hecho de que la tecnología funcione parece indicar que los descubrimientos científicos de los últimos siglos, que han hecho posibles los avances tecnológicos, tienen que representar, al menos en parte, la verdad sobre el mundo que nos rodea.
Existen distintos tipos de verdad:
  • Verdad científica: Es un hecho incontrovertible que la radiación cósmica de fondo existe. Pero las teorías con las que actualmente intentamos explicar su existencia podrían no ser ciertas o ser incompletas. Las teorías científicas se validan en función de los hechos que predicen o que explican. Así, la Relatividad General de Einstein se considera más próxima a la verdad (o a la realidad) que la teoría de la Gravitación de Newton, porque explica los mismos hechos que esta y algunos más.
  • Verdad filosófica: La teoría hilemórfica de Aristóteles puede ser discutible, pero afirmaciones como que existe algo, mientras la nada no existe, son indiscutibles. Las teorías filosóficas se validan en función de la evidencia de sus axiomas o puntos de partida (como cogito ergo sum) y de la validez de sus razonamientos.